jueves, 24 de abril de 2014

De mayores y pequeños... el orden sí importa.

Yo solía decir en broma que mis padres me habían tenido porque mis hermanos mayores ya no querían bajar a por el pan. Cosas de ser la hermana pequeña cuarta con unos notables años de diferencia con respecto a los otros tres.

Hasta hace 3 meses sólo podía hablar sobre la importancia del orden de nacimiento basándome en mi experiencia como hermana. Ahora que Elías hoy cumple un cuarto de año, puedo decirlo desde la perspectiva de una madre de dos

No es lo mismo ser el primero que el segundo... no me puedo imaginar con cuatro.


Antes de nacer Elías tenía miedo de que Alejandra se sintiera destronada, leía artículos, experiencias de otros papás blogueros, lo comentaba con otras madres y estábamos decididos a hacer todo lo posible para que se adaptara a su nuevo estatus de hermana mayor.

Dicen los estudios que el hermano mayor es el más adulto de todos, el que recibe los valores paternos y los siguientes hermanos van viendo disminuir el entusiasmo paterno y se crían en horizontal, con la influencia de los hermanos.

Llevamos 3 meses de nuestra nueva situación y la sensación que tengo algunas noches es la de que mi miedo a que la hermana mayor se sintiera destronada acaba siendo miedo a que el hermano pequeño piense que nos olvidamos de él. 

La culpa la tiene que es un bendito y que, salvo los días malos de nuestros 3 ingresos hospitalarios, no da ni un disgusto. Y a cambio tenemos a la terrible locatis de 3 años que ni calla ni duerme...

Así que creo que el orden sí importa, que con el primero te pasas el día mirando cada gesto, fotografiándolo, preocupada por cada ruidito que hace y, aunque paga el tener unos padres novatos (como ya os conté aquí), al segundo no le haces ni la mitad de fotos, le coges con una mano mientras te haces un café con la otra, mides la temperatura del agua del baño metiendo la mano para que no se escalde y como salga dormilón hay ratos en los que te olvidas de que está ahí mientras la hermana mayor se sube por las lámparas...

Pero también el pequeño influye en el proceso de hacerse mayor de su hermana, en estos 3 meses ella sola decidió dejar atrás los pañales y el chupete y tiene muy asumido el rol de hermana protectora. Habrá que ver la mafia que me organizan a poco que crezcan...

Si queréis leer más sobre el tema aquí hay un artículo interesante de El País.

¿Qué opináis los padres de familia numerosa?

martes, 8 de abril de 2014

Señoras que... "Aterroriza como puedas".

La media de edad de los vecinos de mi barrio ha bajado considerablemente en los últimos años, eso no quita para que sea inevitable cruzarse a diario con vecinos del Cretácico y del Paleoceno que tienen a bien interactuar con los más pequeños, no en vano la mayoría de ellos son maestros jubilados y ya se sabe que saben tratar con la chiquillería... al menos con la de hace varias eras geológicas.

Así salimos a la calle con el carrito del guaperas y la bruji subida al patín y temo lo peor.

Están los que se dedican a asustar con el Coco a los pequeños...

-Pórtate bien o va a venir la policía y te va a llevar... (Ya pasó la época de correr delante de los grises y usted incluso creo que era ya viejo entonces como para correr...)

Están los que se divierten quitándoles cosas a los niños...

-¡Qué moto tan bonita tienes! ¿Me la das? es que la quiero yo para mí. (Supongo que usted anda dejando las llaves de su Jaguar a todo el que se cruza por la calle...)
-Me voy a quedar con tu muñeca para dársela a mi nieta, que le va a gustar. (Pues yo me voy a quedar con su pensión, que me viene bien para llegar a fin de mes...)

O la última tendencia. Secuestrar al hermanito...
-Me voy a quedar yo con tu hermanito, que no tengo nietos y lo quiero para mí... (¿Y lo va a engordar y se lo va a comer como a Hansel y Gretel?)...

Uno de mis vecinos...

Y así voy por la calle o el supermercado tratando de tener la fiesta en paz y me descuido y cualquier conocido o desconocido acaba haciendo llorar a la bruji. 

Ya es bastante difícil hacerle entender que tiene que compartir con los pequeños si además teme que los mayores le roben la cartera. 
Ya es bastante difícil convertirse en hermana mayor, como para tener que preocuparse porque le rapten al hermano... 
Y ya que estamos, me gustaría que mi hija no pensara que la policía es algo a lo que temer, más que nada por si alguna vez le pasa algo, espero que sepa pedir ayuda.

Que yo ya sé, porque he visto muchas pelis de esas de realismo social, que la vida antes era mucho más chunga, pero no logro entender por qué les gusta tanto a los mayores meterles miedo a los pequeños.

Cuando yo me cruzo con un crío que va a mi lado en el autobús, que está en la caja del supermercado o que se me acerca en el parque, no se me ocurre acojonarle, lo más le sonrío, o le digo hola, o le hago un comentario amable... 

¿Os pasa también?