El verano es época de grandes aventuras y
práctica de deportes de riesgo. A unos les da por el submarinismo, la escalada, el rafting... y a los padres más descerebrados les da por la "operación pañal" o por felices ideas como aprovechar las vacaciones para que sus hijos empiecen a dormir juntos.
A nosotros nos va la marcha.
El pequeño Elías ya no cabía en su minicuna prestada. El muy malvado se dedicaba a dar vueltas como un reloj y a quedarse atascado
a las y cuarto y
a las menos cuarto... y estaba pidiendo a gritos (sobre todo en mitad de la noche) independizarse.
Ante el entusiasmo de su hermana mayor por compartir habitación y en vista de que mini E ya no pide de comer en mitad de la noche, nos decidimos a montar la cuna grande.
Todo parecía una gran idea. Lo teníamos todo planeado. Todo armonía y colores pastel en nuestra imaginación...
La primera noche la habitación fue una fiesta durante varias horas. Risas de una y de otro como si aquello no fuera con dormir. Al final acabaron cayendo.
Luego me tocó enfrentarme a mí al
momento separación de entrar en mi habitación y no ver a mi bolinche dormidito. Sé que me quedan muchas etapas que vivir, pero está claro que la del "recién nacido" ya pasó, y se me ha hecho muy corto.
Nos despertamos sin interrupciones a eso de las 8 de la mañana. La cosa parecía un éxito. O un
espejismo...
La hermana mayor en su afán de ejercer de hermana mayor no pierde la oportunidad de cantarle nanas, entretenerle haciendo números de marionetas o piruetas en la cama...
Así que los acostamos en silencio y al rato no puedo evitar reírme recordando este número de mis adorados Les Luthiers...
Y así seguimos... viendo que se nos acaba el verano y que o les acostamos por etapas y haciendo malabares o las noches son un festival y las siestas han quedado en el olvido.
Trato de tomármelo con humor, pero es que hay días en que tengo tentaciones de entrar en
idealista... y yo
no quiero mudarme... confío en que si dormían bien por separado vuelvan a hacerlo estando juntos cuando llegue el fresquito, la persiana bajada... no sé...
¿Cuál es vuestra experiencia? Dadme ánimos...